
- Damaris dio a luz a un niño, pero sufrió un calvario en los hospitales
Dan PEREZARATE
Damaris Lemus, sufrió un verdadero calvario para dar a luz a su bebé, luego de diversas negligencias médicas en la clínica 8 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), y el hospital particular denominado Humanitas. 13 días tuvo la cesárea prácticamente abierta e infectada por esas ilegalidades.
Todo comenzó la tarde del pasado 30 de enero, cuando, a las 38 semanas de gestación, se le rompió la fuente y empezó a derramar líquido, por lo que de inmediato, se trasladó a la clínica 8 del IMSS; lugar al que llegó poco antes de las 14:00 horas.
En el área de urgencias, el médico en turno, le confirmó que se había roto la fuente, pero que por ser un hospital Covid, no la podían atender ahí, por lo que se comprometió a buscar una cama en el hospital Humanitas o el Regional de Tzompantepec, ya que fungen de apoyo por la pandemia generada por el Coronavirus.
“Pasaron varias horas, y a las seis de la tarde cuando iba a cambiar el turno, le pregunté sí ya había conseguido cama, a lo que me respondió que no, que en ese momento iba a buscar, pero yo tenía miedo de que mi bebé se ahogara por el líquido”, relató la mujer.
Cuatro horas después, el médico de guardia del 30 de enero, comenzó a buscar un espacio para la mujer que, para ese momento, ya había comenzado con contracciones y dolores insoportables.
En tono molesto, reprochó el motivo de retenerla si no estaban buscando ayuda, por lo que comenzó a cambiarse, ya que desde las dos de la tarde la dejaron en bata, y en ese momento, le informaron que ya había una cama en Humanitas.
“Desgraciadamente ahí. Pero todavía me dijeron que debía esperar otros 45 minutos a que regresara la ambulancia o que me trasladara por mis propios medios, y tomé la segunda opción”, recordó Damaris.
Con llanto por el dolor de la herida y el coraje de lo vivido, narró que desde que llegó al hospital particular que se ubica en el bulevar Revolución, de la colonia Atempan, municipio de Tlaxcala, entre las 19:30 y las 20:00 horas, comenzó su calvario, pues iniciaron los malos tratos del personal de rayos X, ya que de forma déspota le hicieron la ‘tele de tórax’ y con movimientos bruscos.
“El que tomaba las placas fue muy grosero, me hablaba mal que no me moviera, que me pusiera de determinada forma, y yo con dolor por las contracciones”, relató.
Posteriormente la pasaron a la sala de espera, hasta aproximadamente las 21:30 horas, donde sus familiares comenzaron a presionar al personal del hospital, y fue como decidieron, por fin, pasarla a quirófano, donde la dejaron con vendas únicamente hasta las diez de la noche, que llegó la anestesióloga.
Ahí, le informó que le pondrían la inyección de raquea, por lo que le pidieron colocarse en posición fetal, a pesar de los dolores, y negligentemente, “me picaron como 6 o 7 veces, no sé porque”, recordó.
“Le decía que me dolía mucho, sentía como me lastimaban cerca de los pulmones, y solo me decía que me aguantara y no me moviera”, agregó.
Narró que vio que la anestesióloga estaba muy nerviosa, pues le temblaban las manos, y más tarde comenzaron a operar, y a las 01:30 horas, le dijeron que tendrían que cortarle piel para poder suturarla, ya que el tejido estaba muy lastimado por la intervención y la anestesia.
Reveló que después, la sacaron del quirófano y no volvió a ver a ningún médico, solo el pediatra fue a pedir la hoja con la información del bebé, pero al recién nacido no lo valoró, y se retiró, y desde entonces, solo una estudiante de enfermería le pasaba una pastilla para el sangrado.
“Me dijeron que me darían de alta, a lo que yo referí que sentía mucho dolor y me dijeron que era normal, que el suero tenía medicina y que como iba transferida de mi seguro no podían hacer más ya que no les correspondía, ni la vacuna a mi bebé”.
Incluso, cuando comenzó a preparar sus cosas, el personal fue a ver si ya había abandonado la habitación, y al verla ahí, la presionaron para retirarse.
Para el martes uno de febrero, comenzó a sentir que escurría líquido de la herida, por lo que acudió a la clínica del 8 del IMSS para la limpieza de la misma; donde le informaron que era una bacteria la que le provocaba los dolores, por lo que tendría que quedarse internada, nuevamente.
“Cuando le conté al médico de turno donde me habían atendido, el doctor dijo, otra de Humanitas, y ahí me informó que ya tenían como siete pacientes con similares problemas, ya que se habían infectado por falta de higiene en ese hospital”.
Precisó que cuando le quitaron los puntos se le abrió la herida, y se percataron que estaba muy sucia, por lo que empezaron los lavados quirúrgicos.
“El 10 de febrero, vinieron y me dijeron que me metiera a bañar, pero con ‘el estómago abierto’, y llegué a mi cama sangrando, y el doctor me da una gasa y me limpia adentro de la herida, con el dolor insoportable, es un trato inhumano, yo solo quiero que me suturen, que me cierren la herida, esto es traumante”.
Finalmente, este viernes fue suturada y por fin pudo regresar a su casa para cuidar y estar con su recién nacido.