Dra. Elsa Martínez Flores
Rumbo a la simplificación de trámites con menos papel
En muchas gestiones cotidianas, el uso del papel es el soporte principal para comprobantes, solicitudes y formatos. Esto genera costos significativos en impresión y almacenamiento, crea lentitud en los procesos para un acceso rápido a la información.
La digitalización documental es más que un cambio técnico: representa un paso hacia la eficiencia y la sostenibilidad. Los documentos digitales se pueden crear para compartirse y consultarse con rapidez, seguridad y menor costo.
Además del ahorro, la digitalización fortalece la autonomía de las personas. Acceder a un comprobante desde el celular, firmar electrónicamente o recibir documentos en línea acelera procesos y mejora la experiencia ciudadana.
También disminuye el margen de error y la pérdida de documentos. Mientras que un papel extraviado puede detener un trámite clave, los sistemas digitales permiten respaldos automáticos, trazabilidad y actualizaciones en tiempo real.
El impacto ambiental es otro beneficio crucial. Reducir el uso de papel ayuda a proteger los bosques, disminuye residuos y contribuye a una menor huella ecológica tanto en lo institucional como en la vida cotidiana.
Digitalizar implica asumir una responsabilidad ambiental y social. Por eso, esta transición no debe ser vista como un privilegio, sino como un derecho que debe ser acompañado de políticas inclusivas.
Es fundamental que este proceso venga acompañado de capacitación, acceso universal y acompañamiento, sin exclusión o rezago. Transitar hacia el uso de documentos digitales implica avanzar hacia una gestión más ágil, transparente y sostenible.
No se trata de eliminar por completo lo físico, sino de integrar tecnologías que simplifiquen la vida diaria y promuevan la inclusión social. La transición debe ser gradual, accesible y con acompañamiento para no dejar a nadie atrás.