Dra. Elsa Martínez Flores
Entre publicidad agobiante y artilugios virtuales
Actualmente, cada interacción en redes sociales, desde un “me gusta” hasta un comentario, alimenta los algoritmos que personalizan la publicidad, la cual parece ineludible, pues es gracias a los anunciantes que estas plataformas se sostienen.
Facebook, YouTube, Instagram entre otras no solo conectan y entretienen, sino que, en esencia, buscan generar audiencia para ofrecer datos a las corporaciones y monetizar sus servicios.
Según SaveMyLeads, herramienta que automatiza la captura y gestión de leads (clientes potenciales) en la plataforma Facebook Ads los usuarios pueden ver entre seis y diez anuncios por sesión en esta red social, cifra que aumenta cuando la interacción se prolonga.
La publicidad en YouTube también ha crecido de manera notable. Mientras que en 2020 los videos incluían entre dos y tres anuncios, para 2025 este promedio ha subido a cinco o siete, incluyendo avisos extensos que no se pueden omitir.
Este exceso crea un entorno propicio para fraudes, al mezclarse con anuncios legítimos. La personalización basada en datos de likes, búsquedas y hábitos de navegación intensifica la saturación, por lo que cada día, la publicidad llega a ser agobiante.
Sin embargo, entre tantos anuncios, aparecen el famoso phishing, una técnica de fraude digital que consiste en hacerse pasar por entidades confiables como los bancos, empresas conocidas o redes sociales para engañar al usuario y obtener información sensible como contraseñas o datos bancarios.
La educación digital resulta esencial. Los usuarios deben comprender cómo sus datos alimentan estos algoritmos y cómo pueden ser usados en su contra. Promover una cultura de prevención y escepticismo frente a avisos sospechosos es tan importante como las herramientas tecnológicas disponibles.
Los anuncios agobiantes en Facebook y YouTube, abren brechas para fraudes cibernéticos, por ello es aconsejable ajustar la configuración de privacidad, evitar el clic en publicidad sospechosa y no permitir que los anuncios irrelevantes recopilen información personal.