Ximena MARTELL
En una charla amplia y reflexiva, Arturo Morales Juárez, conocido entre sus compañeros como “El Toro” por su carácter firme y su estilo directo, profesor de telesecundaria y excandidato a la dirigencia del SNTE 31, hizo un recuento de su trayectoria sindical, las deficiencias que observa en la organización y la visión que hoy lo coloca nuevamente como uno de los perfiles con aspiraciones reales para encabezar al magisterio tlaxcalteca.
Morales Juárez recordó la elección interna de 2021, la primera efectuada mediante voto universal, un proceso inédito que se desarrolló en plena pandemia y que, asegura, marcó su crecimiento personal y político. La contienda estrecha y compleja lo dejó fuera de la dirigencia, pero también le dio claridad sobre el estado real del sindicato.
A pesar de la derrota, decidió no dividir al gremio. Rechazó formar un grupo alterno o impulsar un nuevo sindicato. Optó por regresar a su aula, convencido de que la única forma de comprender la verdadera situación del magisterio es permanecer cerca de los maestros, sus necesidades y sus carencias. Desde ahí, afirma, mantuvo un acompañamiento constante para trabajadores que solicitaron asesoría, apoyo jurídico o intervención ante instancias administrativas.
Al evaluar el periodo 2021–2025, señala retrocesos y áreas críticas dentro del SNTE 31. Menciona la desaparición temporal de las permutas, la falta de presencia sindical en procesos administrativos, la necesidad urgente de revisar el programa “Primero los Maestros” y, sobre todo, el rezago en materia de seguridad social. Para Morales, el ISSSTE mantiene a maestros y jubilados en un esquema de atención insuficiente, particularmente en municipios alejados donde no existen servicios mínimos como laboratorios o consultas especializadas.
El docente insiste en que el magisterio vive una etapa de abandono silencioso y que es necesaria una revalorización tangible. Incluye mejor atención médica, acompañamiento jurídico efectivo, impulso a la preparación profesional, reconocimiento al personal de apoyo y un contacto más estrecho con las escuelas. Considera que el sindicato debe volver a sus principios: defender los derechos de los trabajadores y proteger la escuela pública.
En este contexto, Arturo “El Toro” Morales reconoce abiertamente su aspiración a competir de nuevo por la dirigencia del SNTE 31. Afirma que el proyecto que encabeza no le pertenece únicamente a él, sino a los trabajadores que lo han acompañado durante años y que piden un cambio real. Sostiene que la estructura que hoy lo respalda es más grande y más sólida que la de 2021.
“No hay temor de que vuelva a ocurrir lo mismo. Los riesgos existen, pero vamos a entrar con más fuerza y con un equipo que ha aprendido de su propia historia”, afirma. Agrega que su propósito es construir un sindicato más transparente, cercano a las más de 2 mil 400 escuelas y con una ruta clara para devolver la confianza a los maestros.
Originario de San Juan Totolac, hijo de la maestra Clementina Juárez y formado siempre en escuelas públicas, El Toro asegura que mantenerse frente a grupo le ha permitido no perder la perspectiva de lo que vive diariamente el docente. Esa experiencia, afirma, será su principal fortaleza si decide levantar de nuevo la mano cuando llegue la convocatoria oficial.
“Los tiempos llegarán. Y cuando eso ocurra, diremos: aquí estamos, juntos”, sentencia.
Con ello, Arturo Morales Juárez confirma que avanza con determinación y presencia en el territorio para convertirse en uno de los contendientes centrales en la renovación del SNTE 31. Su aspiración, dice, no es personal: es la búsqueda de un sindicato que responda a las exigencias actuales del magisterio tlaxcalteca.
