Decenas de koalas heridos a consecuencia de los incendios que devastan el sureste de Australia, llegan a diario al improvisado hospital de animales, ubicado en el parque natural de la Isla Canguro, al sur del país
Todo ellos padecen los incendios forestales que han devastado este refugio animal, frente a las costas del estado de Australia del Sur.
- Muchos de estos marsupiales requieren tratamientos urgentes a consecuencia de las graves quemaduras
Los encargados de este lugar afirman que otros koalas han sido hallados en tan mal estado que ha sido necesario sacrificarlos.
Steven Selwood, jefe del equipo veterinario de emergencia del estado de Australia del Sur, afirma que se cree que había unos 46 mil koalas en la isla antes de los incendios forestales.
- Ahora quedarían unos 9 mil, según Selwood, que considera “devastadora” la pérdida de marsupiales
Los incendios fueron particularmente feroces y rápidos (…) mucha fauna ha quedado incinerada”, Steven Selwood.
La ministra australiana de Medio Ambiente, Sussan Ley, afirmó que la población de koalas en el país ha sufrido un extraordinario golpe debido a los incendios forestales que asolan el país desde hace meses, y sugirió que podrían ser considerados por primera vez como especie “en peligro”.
El fututo de los koalas
La isla Canguro es el único lugar en Australia donde la población animal está libre de clamidia, una infección sexualmente transmisible, que también se encuentra entre humanos, y que es fatal para los koalas.
Ello supone una “garantía” para el futuro de estos marsupiales, sobre todo teniendo en cuenta el gran número de los que han muerto en los incendios en el continente australiano.
Casi la mitad de la Isla Canguro ha sido devastada por los incendios, y el 80% del hábitat de los koalas ha quedado calcinados.
Esa masiva destrucción plantea un problema para los cuidadores: ¿qué hacer con los animales una vez que hayan sido curados?
- De momento, la solución a esta disyuntiva queda aplazada. Lo importante ahora es salvar al mayor número posible de koalas
“Va a necesitar otra semana (para recuperarse) y luego habrá que mantenerlo enjaulado una vez que eso ocurra”, dice Hutchinson mientras coloca una venda en una de las patas del koala número 64.
“No hay ningún hábitat adonde podamos enviarlo”, agrega.
