Por Héctor A. Villalva
Es urgente que los alcaldes de los 60 municipios tengan entre sus prioridades de este 2023 impulsar la capacitación de sus elementos de policía, para garantizar el correcto cumplimiento de sus funciones.
Es lamentable el actuar de las direcciones de seguridad de algunos ayuntamientos, y darse cuenta que muchos de sus integrantes no poseen el desarrollo de destrezas, habilidades, conocimientos teóricos y prácticos de sus funciones, para brindarle a la ciudadanía protección de calidad.
Recientemente en los medios de comunicación pudimos constatar que la ineficiencia de algunos elementos puede derivar en tragedias. El municipio de Españita es el mal ejemplo de que cuando los uniformados carecen de experiencia todo sale mal.
En días anteriores, la población agarró a unos presuntos delincuentes y los linchó, esto se pudo haber evitado si los policías de aquella circunscripción hubieran realizado una llamada de auxilio a tiempo a las autoridades estatales.
Pero no fue así, pasaron horas para que se decidieran a pedir ayuda, la cual llegó de forma tardía pues ya que cuando se presentó la policía estatal a los sujetos los habían quemado.
Otro ejemplo que da pena ajena son los policías municipales de Papalotla, quienes hicieron que los guardianes del orden estatales se movilizaran pues supuestamente habían hallado un cadáver envuelto en una bolsa negra, para su sorpresa, no era un muerto, sino un árbol de navidad enrollado, así de vergonzoso su actuar.
El avance en la obtención del Certificado Único Policial (CUP) ha crecido de manera significativa en la administración que encabeza Lorena Cuéllar Cisneros, ya que ha establecido alternativas seguras y eficientes para la aplicación de las evaluaciones.