Por Héctor A. Villalva
La relación entre los líderes sindicales del sector salud y de los burócratas no ha sido nada tersa con el actual gobierno, hemos sido testigos de las luchas políticas para ver quién aguanta y puede más, pero lo ocurrido en esta semana nos pone a pensar en que al final, los “líderes” entendieron que la única fortaleza que pueden adquirir de cara al próximo proceso electoral radica en formarse en el lugar correcto.
Por ejemplo, recién se realizaron nombramientos en el IMSS-Bienestar de Tlaxcala, varios directores fueron presentados junto con médicos cubanos como parte de una reestructuración de los servicios de salud, lo anterior, nos dejó esperando a la sempiterna lideresa del sector salud manifestándose en contra de esta situación, pero no, lo único que obtuvimos fue a una diputada dándole la razón al gobierno federal y estatal reconociendo que en Tlaxcala sí hay especialistas, pero no los suficientes para dar la atención a todos, por eso todo lo anterior es en sus palabras un “mejoralito”.
Por otro lado, el líder del 7 de mayo y autonombrado “mayoritario”, ha pecado de incongruencia en un grado extremo, primero durante sus múltiples manifestaciones, exigía al gobierno estatal no entrometerse en la vida sindical de los burócratas, luego de negarle la toma de nota, ha salido a pedir que civilizadamente las otras planillas y/o facciones del mismo sindicato, puedan sentarse a dialogar con la finalidad de llevar a cabo las elecciones que hace unas semanas él mismo reventó de forma violenta.
En cualquiera de los casos, los liderazgos perdieron fuerza y arrastre aún con las manifestaciones realizadas en las últimas semanas, al fin se han dado cuenta de que, el sindicato de salud, no tendrá injerencia y poder en el modelo IMSS-Bienestar; mientras que los burócratas se dieron cuenta de que la lucha entre grupitos perjudica a la base en general.
La histórica relación entre el gobierno y los sindicatos ha experimentado cambios positivos en los últimos años y en Tlaxcala puede verse, la autonomía sindical es respetada, pero mientras el gobierno avanza en mejorar la relación, los líderes sindicales siguen esperando conservar sus privilegios, mientras tanto se van dando de topes por sus mañas.