El pasado 15 de mayo, un perro de raza pitbull atacó a una
niña de 4 años de edad, quien vivía con su madre en el fraccionamiento
Mayorazgo 2 del municipio de Tehuacán, Puebla.
La madre dejó a la menor al cuidado de sus vecinos, dueños
del perro quienes vivían en la casa número 1 del edificio 7302, mientras ella
se fue a trabajar.
“La vecina que vivía arriba le dejó a su hija a la de abajo,
a la dueña de los perros, se los dejo este a cuidar, pero le iba a pagar
dinero, ni medio día dilató la niña ahí, o sea a las 12:30 ya la había matado
el perro, era la primera vez que la cuidaba”, indicó una vecina del
fraccionamiento Mayorazgo.
Alrededor del mediodía, los vecinos escucharon algunos
gritos al interior del domicilio, en ese momento, la menor de cuatro años de
edad, fue atacada por uno de los tres caninos qué había en el domicilio.
“Ese día qué pasó eso, las tres niñas estaban en el celular
y dejaron a la pequeña sola, entonces por lo que según yo sé, la niña abrió la
puerta, le quería dar de comer al perro y pues la atacó, atacó la niña al perro
y las muchachas se espantaron y en vez de ir a agarrar a la niña y ayudarla, le
cerraron la puerta. Se escucharon los gritos y entraron dos albañiles a ayudar
a la niña”, señaló una vecina del fraccionamiento Mayorazgo.
Tras lo ocurrido, elementos de auxilio llegaron al lugar,
sin embargo, la niña ya había fallecido.
La zona fue acordonada y se realizó el levantamiento del
cuerpo.
El perro fue asegurado por personal de Protección Civil y
trasladado al Centro de Bienestar Animal.
“En el traslado, como lo excitado que va este perrito, va
muy muy sujeto, pero se empieza a asfixiar, aquí hubo un descuido por no
haberse percatado por esta situación, cuando llega al centro de atención canina
y felina ya llega asfixiado. Tenían vacunas, más no estaban esterilizados”,
explicó Luis Cortés, secretario de Servicios Públicos en Tehuacán.
Las autoridades aseguran que el perro que atacó a la menor
murió por ahorcamiento, mientras que los otros dos animales, se mantienen en
observación.
En el fraccionamiento donde murió la menor de edad, ya no
habitan, ni los padres y tampoco los dueños de los perros.
En la entrada el edificio solo hay una vela y un plato donde
se alimentaban los perros.