Alejandro Encinas, subsecretario para los Derechos Humanos, de la Secretaría de Gobernación, informó este martes que entre el 1 de diciembre de 2018 y el 13 de mayo de 2019 se han ubicado 81 sitios en los que se registraron 222 fosas clandestinas, con un total de 337 cuerpos encontrados.
Durante la conferencia de prensa del presidente Andrés Manuel López Obrador, el subsecretario Encinas presentó el primer informe oficial en materia de fosas clandestinas.
Encinas detalló que éste es el primer registro que se estará actualizando a partir de ahora de manera quincenal por parte de la Comisión Nacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas, con base en la información de campo levantada por autoridades de diversas instancias.
Explicó que se trata de un total de 81 sitios con fosas en diversos estados de la República, donde los estados de Colima y Tabasco tienen 11 sitios; Sonora y Zacatecas 10, y Guerrero y Jalisco ocho, lo que significa 72 por ciento del total, ya con información georreferenciada
Sobre el número de fosas clandestinas, Veracruz es el estado que más tiene, con 76; Sonora, con 35; Sinaloa, 23; Guerrero, 20; Colima, 12; Tabasco, 11; Coahuila y Zacatecas, 10; Jalisco, ocho; Nayarit, cinco, y Michoacán y Tamaulipas con tres cada una, mientras otros estados tienen dos y una.
Encinas señaló que el fenómeno de las personas desaparecidas en México tiene años de existencia pero siempre se ocultó la información.
Son datos con gran movilidad y dinamismo, están en proceso las tareas de exhumación”, apuntó.
Explicó la definición de fosa clandestina y puntualizó que se trata de espacios donde se inhuman cuerpos de manera ilegal, sin conocimiento de la autoridad.
Agregó que la diferencia con las fosas comunes es que éstas son espacios donde se inhuman cuerpos, por parte de la autoridad, aunque admitió que se han encontrado fosas comunes con inhumaciones ilegales.
En todos aquellos lugares donde recibimos denuncias anónimas o abiertas o tenemos indicio de que existe la posibilidad de una fosa vamos a ir directamente”, apuntó Encinas, que explicó que toda la información se está georreferenciando.
Adicionalmente, está por concluir el Diagnóstico Nacional Forense, elaborado durante abril, que busca fortalecer las capacidades de este tipo de servicios médicos.
El subsecretario explicó que la “dinámica” alcanzada por este fenómeno “se denota no solo en el número importante de fosas sino también en las prácticas” identificadas.
Por ejemplo, una fosa en Nayarit, en el oeste del país, se localizó a cuatro metros de profundidad, y se requirió maquinaria pesada para poder acceder a ella.
Y en el municipio de Iguala (Guerrero), conocido por la desaparición de 43 estudiantes en 2014, se tienen “ya fosas prefabricadas”.
E incluso “recicladas”, donde ya se han exhumado cadáveres, pero se han vuelto a utilizar.
Y criticó el existente Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas por presentar información “no confiable”.
Finalmente, Encinas se comprometió a, con la ayuda de organismos internacionales, mejorar tanto el sistema de registro y búsqueda como de atención a los familiares.
Al ser cuestionado sobre cuántos restos, de los que ya han sido hallados, son científicamente identificables y cuánto tiempo podría tomar al gobierno dicha identificación, Encinas explicó que esto corresponde definirlo a los peritos forenses, especialistas en la materia, pero añadió que la mayor parte de los cuerpos encontrados han sido osamentas que tienen condiciones para contar con elementos de identificación.
Agregó que el problema fundamental se encuentra en los restos que han sido fragmentados o han tenido un maltrato que pudiera representar la imposibilidad de identificación.
No hay periodo de tiempo, el primer lugar toda la cadena de custodia de todos los cuerpos que se han encontrado en las fosas exhumadas antes de este gobierno están en las fiscalías locales o en la fiscalía general, de modo tal que existe el resguardo y el cuidado de estos restos, que tienen que continuarse con las tareas de identificación”, dijo.
El subsecretario Encinas añadió que se seguirá con todo el proceso de identificación, independientemente de la longevidad de las fosas clandestinas.
Por su parte, el presidente López Obrador señaló que el problema de las desapariciones en México y las fosas clandestinas es la herencia de una política equivocada, fracasada para enfrentar la violencia en el país.
Se dejaron de atender las causas que originan la violencia, se abandonó al pueblo, se abandonó a los jóvenes y se quiso enfrentar el problema de la inseguridad con el uso de la fuerza, con medidas coercitivas, se declaró la guerra y esto produjo más violencia y lo que nunca se había visto, se crearon en el país fosas clandestinas para enterrar cuerpos de seres humanos”, dijo el mandatario.
Señaló que fue una etapa y un periodo muy triste para México y ahora se tiene que informar sobre las fosas clandestinas porque, aunque duele se tiene que saber lo que realmente sucedió y que desgraciadamente sigue pasando, porque no se puede de la noche a la mañana terminar con estar herencias de inseguridad y de violencia.
El presidente aseguró que se están atendiendo las causas de la violencia y que esto representa el cambio principal, pues ya no se está apostando por enfrentar la violencia con violencia, el mal con el mal, sino que ahora se están atendiendo las necesidades de la gente, con trabajo y con bienestar.
Insistió en no abandonar a los jóvenes y reiteró que no debe ser el uso de la fuerza lo principal para garantizar la paz y la tranquilidad del país.
Sentenció que la nueva estrategia se basa en que la paz se consiga con justicia, con el complemento de dar protección a la gente con la Guardia Nacional pues no existía una política de seguridad pública o no había un cuerpo policial, del Ejército, de la Marina, para garantizar la seguridad pública, rol que ahora asumirá la Guardia Nacional.
Pero no nos vamos a quedar solo en eso, tenemos que orientar mucho a los jóvenes y con el apoyo de todos alejarlos de las adicciones”, dijo.
Añadió que por eso su gobierno está implementando una campaña para atender a los jóvenes y alejarlos de las adicciones, ofreciéndoles empleo, bienestar, recreación, deporte, cultura y también rehabilitación, la cual no se tiene o no lo suficiente.