René ARELLANO JR / David DAN
Tres hombres que habían sido reportados como desaparecidos fueron localizados sin vida, enterrados de forma clandestina en un terreno de labor ubicado entre los límites de Tlaxcala y Puebla. Las víctimas, de 21, 24 y 33 años de edad, fueron privadas de la libertad en el municipio de Nativitas por un comando armado, y posteriormente asesinadas y sepultadas en un paraje cercano al río Atoyac, en Santo Tomás La Concordia.
De acuerdo con información obtenida por este medio, los tres hombres Charlie N., de 24 años; Juan Carlos N., de 21; y otro más de 33 años, cuya identidad aún no ha sido revelada, fueron vistos por última vez el 27 de junio en el municipio de Apizaco, desde donde se habrían dirigido al sur del estado. Fue en ese trayecto donde habrían sido interceptados y “levantados” por sujetos armados.
La tarde del 30 de junio, campesinos que transitaban por una parcela en La Concordia, Nativitas, observaron un gran charco de sangre que brotaba de la tierra, por lo que de inmediato alertaron al 911. Elementos de la policía municipal, estatal y paramédicos acudieron al sitio y, tras realizar una inspección, localizaron un cuerpo enterrado.
Al avanzar con las maniobras, personal del Heroico Cuerpo de Bomberos descubrió un segundo cuerpo, ambos con visibles huellas de violencia, maniatados y con cinta adhesiva en distintas partes del cuerpo. Debido a la lluvia y la caída de la noche, las labores de excavación se suspendieron y fueron retomadas la mañana del 1 de julio.
Este mismo día, antes de las 11:00 horas, elementos de la Fiscalía Especializada en Personas Desaparecidas y No Localizadas, ubicaron un tercer cadáver, también con huellas de tortura. El cuerpo coincidía con la descripción de una persona con ficha de búsqueda activa.
Actualmente, la Fiscalía General de Justicia del Estado de Tlaxcala mantiene diversas líneas de investigación abiertas. Fuentes policiales señalaron que el crimen podría estar vinculado a actividades ilícitas como el robo de hidrocarburo (huachicol), gas LP (huachigas), o compra-venta irregular de vehículos, aunque aún no se descarta ninguna hipótesis.
Los tres cuerpos permanecen bajo resguardo en el Servicio Médico Forense, donde se les practican estudios periciales para determinar la causa exacta de muerte y establecer con certeza su identidad.