Los abogados de la transformación Pensar, decir y hacer: responsabilidad de la 4T Vicente Morales Pérez
La abogacía en México ha sido, históricamente, una profesión asociada con el conocimiento técnico del derecho, pero su verdadera esencia radica en su dimensión humanista. Los abogados son, antes que nada, defensores de la justicia, la verdad y los derechos fundamentales de las personas. Su vocación trasciende la defensa en tribunales; son actores clave en la construcción de una sociedad más equitativa y democrática.
La participación masiva de más de 10 mil 599 aspirantes a jueces de distrito y de 480 candidatos a ministros de la Suprema Corte es una muestra contundente del compromiso de los juristas con el fortalecimiento del Estado de derecho. Este proceso no solo se trata de ocupar un cargo público, sino de encarnar los valores que guían la abogacía: la defensa del interés público, el respeto al orden constitucional y el compromiso ético con el pueblo.
La elección de jueces y magistrados, que culminará el 1 de junio de 2025, es un evento sin precedentes en la historia de México. Por primera vez, los ciudadanos tendrán un papel activo en la configuración del poder judicial. Este cambio, impulsado por las reformas de la 4T, responde a la demanda de años por una mayor transparencia, legitimidad y representatividad en las instituciones públicas.
El diseño del proceso, que comenzó con la convocatoria el pasado 4 de noviembre de 2024, se caracteriza por su enfoque inclusivo y democrático.
Cada uno de los pasos ha sido cuidadosamente planeado para garantizar que los mejores candidatos sean seleccionados. Desde el cierre del registro el 24 de noviembre de 2024, hasta la validación de aspirantes el próximo 15 de diciembre, cada etapa refleja el compromiso de las autoridades por construir un sistema de justicia que esté al servicio de todos.
Los números son impresionantes: más de 18 mil personas registradas por el Poder Ejecutivo, casi 12 mil por el Legislativo y más de 3 mil por el Poder Judicial. Estas cifras no solo reflejan el interés del gremio jurídico, sino también el reconocimiento de que este proceso es una oportunidad única para ser parte de la transformación nacional.
El camino hacia la elección de jueces, magistrados y ministros está claramente delineado y tiene fechas clave que aseguran la transparencia y legitimidad del proceso. Cada una de estas etapas es un paso firme hacia un sistema judicial más democrático y representativo:
- 15 de diciembre de 2024: Publicación de la lista de aspirantes elegibles, un momento en el que se verificará que cada candidato cumpla con los requisitos establecidos.
- 31 de enero de 2025: Entrevistas y selección de finalistas. Esta etapa será crucial para evaluar no solo las competencias técnicas de los aspirantes, sino también su visión humanista y compromiso con el pueblo.
- 4 de febrero de 2025: Validación de los finalistas por parte de los Poderes de la Unión, asegurando que los mejores perfiles avancen en el proceso.4. 7 de febrero de 2025: Aprobación de los listados finales, que serán remitidos al Senado y posteriormente al Instituto Nacional Electoral (INE).
- 1 de junio de 2025: Elección de los jueces, magistrados y ministros. Este día será una verdadera fiesta cívica, un triunfo del pueblo mexicano que participará activamente en la configuración de su sistema judicial.
En este contexto, el papel de los
abogados es fundamental. Su responsabilidad no termina con su inscripción como aspirantes; comienza ahí. Cada uno de ellos debe entender que representar al pueblo en el poder judicial no es solo un privilegio, sino una misión que implica sacrificio, ética y dedicación.
El compromiso de los abogados con el derecho no debe ser abstracto, sino concreto. La justicia social, la defensa de los derechos humanos y el bienestar colectivo son los principios que deben guiar su actuación. Ser parte de este proceso es una oportunidad para demostrar que la abogacía es, ante todo, una profesión al servicio del pueblo.
La Cuarta Transformación ha abierto la puerta a una nueva era de justicia en México. Ahora, corresponde a los abogados y a la ciudadanía aprovechar esta oportunidad para construir un país más justo, equitativo y democrático. La historia nos está llamando, y todos tenemos un papel que desempeñar. Que este proceso sea el inicio de un México donde la justicia sea verdaderamente para todos.
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