Primero, un géiser en la Falla de San Andrés alertó a
ciudadanos de un condado de California Estados Unidos; ahora el sismo de
magnitud 6.4 que ocurrió en el mismo estado de la Unión Americana el jueves 4
de julio de 2019, hacen temer por un posible superterremoto.
En la región de Lago Saltón, California, el misterioso
desplazamiento de un géiser repleto de agua, lodo y dióxido de carbono, que
data de la década de los cincuenta, ha atemorizado a la población.
La razón de este miedo es sencilla: en Lago Saltón comienza
la falla de San Andrés, y el que un géiser se haya movido allí. Lo anterior,
llevó a Susanne Jänecke y a un grupo de geólogos de la Universidad Estatal de
Utah a anticipar un posible súperterremoto. Su hipótesis la plantearon en la
revista Lithosphere.
Dicho desplazamiento no es reciente, ya que ha sucedido
desde hace varios años. Lo que alarma a la población es que su velocidad
aumentó en los últimos meses.
Sin embargo, los geólogos dieron otro dato que puede
tranquilizar a los californianos. El próximo gran terremoto acontecería en una
zona lejana de un lugar poblado.
Afortunadamente, la continuación norte de la Falla de San
Andrés está mucho más alejada de cualquier lugar poblado masivamente de lo que
pensábamos anteriormente.
Los comentarios de los especialistas no han evitado que
autoridades locales, como las del condado de Imperial, California, aseguraran
que el géiser se desplaza 18 metros diarios, una velocidad mucho mayor a la de
los últimos años: 18 metros al cabo de varios meses.
Se estima que el géiser se ha movido más de 780 metros desde
2008.
Por su parte, Alfredo Estrada, Jefe de Bomberos del condado
de Imperial, asegura que el desplazamiento de la formación geológica es “un
lento desastre”.