Los estragos de la Segunda Guerra Mundial se resintieron a lo largo y ancho del globo terráqueo, el conflicto armado había dejado desolación y división a su paso, y los alemanes lo supieron bien. Las diferencias en el país cuna de los nazis, se dividió resquebrando, aún más, a las familias. El muro de Berlín llegó para quedarse más de dos décadas.
La Alemania comunista erigió las barras para impedir a sus ciudadanos salir al exterior; sin embargo, ese no se convirtió en un impedimento para que la población huyera del territorio. Se inventaron decenas de maneras para brincar, algunos con éxito, el muro de Berlín.
Algunos lo intentaron en globo, a nado, camuflados dentro de vehículos, en tirolesa de edificio a edificio, haciéndose pasar por otra persona, trepando al Muro en la oscuridad de pura desesperación; aunque los más populares fueron los túneles.
Por vía subterránea, burlaron el muro de Berlín hasta su impensable caída el 9 de noviembre de 1989. Desde entonces, se han descubierto varias excavaciones de túneles bajo las murallas del muro de Berlín que separó más que simple territorio.
Se construyeron unos 70 túneles por debajo de los 155 kilómetros de fortificación, durante los más de 28 años en que el muro de Berlín estuvo en pie. Aunque únicamente 19 funcionaron para la huida de 300 personas, según estimaciones de la asociación Berliner Unterwelten (Subsuelos Berlineses).
Dicha asociación realiza visitas guiadas a estas infraestructuras subterráneas que en su interior guardan historia.
Los túneles que vencieron al muro de Berlín
Casi todos los túneles fueron excavados desde el sector occidental convirtiendo a la calle Bernauer Strasse en la frontera y en donde se estima hubo zona llegó a haber siete túneles en una distancia de 350 metros, aunque sólo tres llegaron a funcionar.
“Este túnel no empezaba verticalmente como otros, sino que era una rampa inclinada que terminaba a unos seis o siete metros por debajo del sótano y, a partir de ahí, el túnel seguía horizontalmente”, explicó Ulrich Pfeifer, ingeniero civil encargado de las mediciones.
Uno de los túneles que no lograron su objetivo de unir lo que el muro de Berlín había separado fue el conocido como el túnel 71, alguien alertó a las autoridades y las nueve semanas de trabajo excavando fueron tiempo perdido. Con ultrasonidos localizaron el túnel, cegaron el tramo que penetraba en Berlín Este, y detuvieron a quienes tenían previsto escapar.