Fuerzas de seguridad desplegadas en la zona trabajan para
descontaminar la zona
Un total de 537 buitres y dos águilas leonadas han muerto en
Botsuana tras comer los restos envenenados de tres elefantes abatidos por
cazadores furtivos, un hecho condenado por organizaciones conservacionistas.
En un comunicado, el Gobierno de este país del sur de África
informó de que el Departamento de Vida Salvaje y Parques Nacionales descubrió
los cadáveres de las aves “recientemente” en una zona del Distrito Central
(noreste).
Las autoridades botsuanesas señalaron que el envenenamiento
fue causado por un “producto químico venenoso” hallado en los cadáveres de tres
elefantes, lo que provocó “una importante mortalidad en buitres y águilas”.
Entre las aves muertas por intoxicación figuran 10 buitres
del Cabo, especie que sólo se halla en Sudáfrica, Lesoto y ciertas áreas de
Botsuana; y 468 buitres de espalda blanca, un animal incluido en la lista roja
de especies amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la
Naturaleza (UICN).
Las fuerzas de seguridad desplegadas en la zona “están
trabajando día y noche para descontaminar la zona”, y se han tomado “muestras
de los cadáveres y del entorno para hacer más análisis de laboratorio”, indicó
el Gobierno.
Aunque se desconoce el motivo concreto del envenenamiento,
los cazadores furtivos suelen contaminar los restos de elefantes abatidos a fin
de acabar con los buitres, que acostumbran a volar en círculo en el cielo
cuando muere un animal y, de esa manera, alertan a los guardabosques sobre esa
actividad ilegal.
La directora de Delitos contra la Vida Salvaje del Fondo
Internacional para el Bienestar de los Animales (IFAW, en sus siglas en
inglés), Pauline Verheij, calificó hoy en su cuenta de Twitter el hallazgo de
los buitres muertos de “noticia catastrófica”.
La organización Vida Salvaje en Riesgo Internacional (WAR,
en sus siglas en inglés) subrayó hoy que las especies de los buitres
envenenados en Botsuana están “gravemente en peligro”, y recordó que estas aves
realizan una de las labores “más importantes en los ecosistemas africanos”.
Los buitres -recordó WAR- “limpian los animales muertos, lo
que reduce la propagación de enfermedades, y mantiene el número de carroñeros
en niveles más bajos”.
Botsuana también fue noticia por una cuestión
conservacionista el pasado mes, cuando anunció la polémica decisión de levantar
la prohibición de cazar esos animales en su territorio después de cuatro años
de veto.
Entre los motivos de esa decisión destaca el incremento de
conflictos entre humanos y elefantes -incursiones de los paquidermos en pueblos
y terrenos de cultivo que a veces causan grave daño a los medios de
subsistencia de las familias- o el aumento de los depredadores atraídos por
estos animales y su impacto en el ganado.
Con más de 135 mil ejemplares, Botsuana tiene la mayor
densidad de población de elefantes del mundo.