Un avión de combate ruso de quinta generación Sukhoi Su-57 se estrelló sin causar víctimas en la región de Jabárovsk, en el extremo este de Rusia, informaron este martes cuerpos de seguridad, quienes destacaron que la aeronave realizaba prácticas de fábrica y que el piloto logró eyectarse antes del impacto, por lo que no resultó lesionado y más tarde fue rescatado por un helicóptero Mi-8.
La aeronave siniestrada, que pertenece a la empresa aeronáutica Gagarin con sede en Komsomolsk del Amur, cayó a unos 120 kilómetros del aeródromo de Dziomgui.
El avión caza polivalente de quinta generación Su-57, conocido también como T-50 PAK FA, es fabricado en serie desde mayo de 2019, el cual está destinado a destruir objetivos aéreos, terrestres y navales y es capaz de superar los sistemas de defensa antiaérea existentes y en desarrollo.
En el diseño de la nave se combinan las funciones de aviones de caza y de ataque, se utiliza la tecnología furtiva (stealth) y materiales compuestos.
Expertos consideran a este avión de combate como uno de los desarrollos más avanzados de la industria aeronáutica rusa e internacional, ya que es el único que puede volar a velocidades supersónicas de crucero (mil 600 kilómetros por hora km/h), sin cambiar al modo de postcombustión.
Se tiene previsto que los primeros aviones cazas furtivos engrosarán la Fuerza Aérea rusa el año que viene.
Actualmente, varios prototipos realizan pruebas de diferentes equipos y armas para esta aeronave, concebida para reemplazar los distintos modelos de la familia Su-27, el principal caza multifuncional de Rusia.
Este último choque del avión táctico más avanzado de Rusia, se suma a un aterrizaje forzoso registrado el pasado 17 de diciembre, de un Tu-22M3 Backfire, además del choque de un helicóptero de combate Mi-28 en el que murieron dos miembros de la tripulación, cerca del aeródromo de Korenovsk en la región de Krasnodar.