Un agente observa mientras inmigrantes que ingresaron
ilegalmente a Estados Unidos son deportados en un vuelo a El Salvador. Imagen,
AP.
Las redadas se centran en Nueva York, Miami, Atlanta, San
Francisco, Denver, Los Ángeles, Baltimore, Houston y Chicago.
Alrededor de un millón de personas con órdenes de
deportación son el objetivo general de las redades que este domingo iniciaron
las autoridades migratorias estadunidenses, informó el director interino de los
Servicios de Ciudadanía e Inmigración (USCIS, por sus siglas en inglés), Ken
Cuccinelli.
Como motivo de detención no se usa haber ingresado a Estados
Unidos de manera ilegal, sino tener una orden judicial federal en el marco del
debido proceso. Se estima que suman alrededor de un millón quienes se
encuentran en esa situación y a ellas es a quien se busca, explicó en
entrevista con la cadena CNN.
“Esa es la alberca que el ICE está drenando”,
precisó a la televisora. Con respecto a la posible separación de niños de sus
padres, aceptó que entre las órdenes judiciales sí se afecta a familias, pero
declinó proporcionar más información pues no podía dar detalles sobre el operativo,
que se estima concluirá el próximo viernes.
Las acciones que iniciaron este domingo se centran en Nueva
York, Miami, Atlanta, San Francisco, Denver, Los Ángeles, Baltimore, Houston y
Chicago, mientras que, debido a la tormenta Barry, las redadas quedaron
suspendidas en Nueva Orleans.
Medios de comunicación han señalado que al menos son dos mil
las personas en concreto que podrían ser detenidas en las redadas, operativos
de los cuales aún no hay información.
Este tipo de operativos son un tema normal, puntualizó
Cuccinelli, ex fiscal general del estado de Virginia designado a principios del
pasado junio. “Este es su trabajo todos los días.
Tenemos agentes (migratorios) leales y compasivos de ICE que
solo están haciendo su trabajo”, dijo antes de afirmar que en la administración
del presidente Donald Trump han sido deportadas menos personas que en la de
Brack Obama.
Cuccinelli añadió que los arrestos y deportaciones de
familias con orden de tribunales estaban previstas para junio, pero el gobierno
de Trump los pospuso para que los congresistas hallaran una solución, que no se
alcanzó.