La Administración de Seguridad en el Transporte (TSA) está
permitiendo viajar en avión a inmigrantes indocumentados pese a no contar con
los documentos necesarios para traspasar los controles en los aeropuertos,
según ha denunciado un grupo de congresistas republicanos, que instaron al
viernes por carta al Departamento de Seguridad Nacional a explicar por qué, en
su opinión, se está poniendo en riesgo “la seguridad de los estadounidenses”.
De acuerdo con esta misiva, los inmigrantes pueden embarcar
usando sus formularios I-862, el documento que indica cuándo debe presentarse
ante una corte para examinar su solicitud de asilo. Este papel no es una de las
15 formas de identificación aceptadas por la TSA, según los congresistas.
La carta, reportada por la web informativa The Hill,
inquiere además si los inmigrantes han de pasar los mismos controles que el
resto de pasajeros, y si las aerolíneas son informadas de su estatus
migratorio.
La TSA sí considera como identificación válida la
autorización de empleo (formulario I-766), pero este documento sólo se entrega
a los solicitantes de asilo una vez transcurridos 180 días después de que su
petición haya sido admitida a trámite.
En los últimos ocho meses han sido interceptadas 593.507
personas cuando trataban de cruzar ilegalmente la frontera, a las que hay que
sumar las que solicitaron el asilo en los puertos de entrada, como requiere el
Gobierno.
Las autoridades migratorias no tienen capacidad suficiente
como para mantener bajo custodia a todos los inmigrantes que superan la primera
criba y obtienen derecho a que una corte revise su caso (nueve de cada 10), por
lo que la mayoría son puestos en libertad a la espera de su cita judicial.
Ésta puede demorarse años, debido precisamente al alto
número de solicitantes (hay más de un millón de casos atrasados). A partir de
los seis meses de espera, a los inmigrantes se les permite trabajar.
Para evitar esta situación, el Gobierno de Donald Trump ha
forzado un acuerdo con México la semana pasada que le permitirá enviar a todos
los solicitantes de asilo a esperar en el país vecino a que llegue su cita
judicial.
Pero esta política se está poniendo en marcha paulatinamente
y ha sido contestada ante la justicia. Entre tanto, la llegada masiva de
inmigrantes no cesa. Las autoridades migratorias les liberan en estaciones de
autobuses o gasolineras, pero las localidades cercanas a la frontera están
abrumadas (los inmigrantes llegan sin apenas nada, y precisan de la ayuda de
iglesias y organizaciones locales).
Así se explica que se permita a los inmigrantes embarcar en
aviones para dirigirse hacia otros lugares del país donde puedan recabar
asistencia a familiares o amigos también. Pero eso no significa que no viole
las normas de la TSA, que, según reporta la web informativa Washington
Examiner, no han sido adaptadas a esta situación.