El acuífero representa una esperanza para las zonas que
carecen del vital líquido
Geólogos señalan que en el océano Atlántico podría estar la
reserva de agua dulce más grande del mundo.
Los expertos de la Universidad de Columbia, en Nueva York,
afirman que en la costa noreste de Estados Unidos reposan casi 3 mil kilómetros
cúbicos de agua dulce en sedimentos porosos, por debajo del agua salada.
A ciencia cierta no se sabe el volumen de la reserva, sin
embargo se habla ya del acuífero más grande descubierto hasta ahora.
Probablemente va de la costa del estado de Massachusetts
hasta Nueva Jersey, por lo que podría abarcar 350 kilómetros.
El descubrimiento está basado en un antecedente: en la
década de los setenta del siglo pasado, las empresas petroleras en esa zona del
Atlántico extraían agua en lugar de crudo. Fue hasta ahora que se pudo
constatar que no se trataban de depósitos aislados.
Los geólogos emplearon ondas electromagnéticas. El agua
salada es una mejor conductora de ondas electromagnéticas que el agua dulce.
Así que la baja conductancia de las ondas los hizo concluir que se trataba de
agua dulce.
Dicha agua pudo quedar atrapada en sedimentos rocosos desde
el fin de la Era de Hielo, de ahí que le llamen “agua fósil”. Además, se piensa
que la reserva se alimenta de agua de lluvia.
Pero ¿se puede beber esa agua? El agua del acuífero es más dulce cerca de la costa y más salada a medida que se adentra en el mar, sin embargo con el paso del tiempo se mezclan, afirman los expertos.
En los límites externos del acuífero, el agua alcanza las 15 partes de sal por mil. En comparación, el agua de mar típicamente tiene 35 partes por mil.
De modo que el agua de la reserva tendría que ser
desalinizada, pero el costo de hacerlo sería menor que tratar agua de mar,
señala Kerry Key, geofísico.
El agua de esta reserva podría dar esperanza a zonas áridas
del mundo.
Probablemente no tengamos que hacer eso en esta región. Pero
si podemos demostrar que hay grandes acuíferos en otras regiones, eso podría
representar un recurso en lugares como el sur de California, Australia o
África,” explica Key.