Al final de la guerra, la liberación de los primeros campos de concentración tuvo poca repercusión, pero las imágenes de los que los Aliados descubren allí, en un primer momento censuradas, harán tomar conciencia al mundo del horror del Holocausto.
La liberación de estos campos de exterminio tiene lugar en medio del avance hacia Berlín de los ejércitos soviético, estadounidense y británico.
Comienza el 24 de julio de 1944, con el descubrimiento de Majdanek (en los suburbios de Lublin, Polonia) por el Ejército Rojo, y termina el 8 de mayo de 1945 con la liberación de Theresienstadt (o Terezín en checo) en el norte de Praga.
Desde junio de 1944, el teórico de la Solución Final y jefe de las SS, Heinrich Himmler, ordena la evacuación ante la llegada de los aliados y la transferencia de los detenidos a otros campos de concentración.
La orden concernía en primer lugar los campos ubicados en los países bálticos, amenazados por el avance del Ejército Rojo. Antes de huir, los oficiales de las SS tenían como consigna borrar todas las huellas de sus crímenes.
De este modo, la liberación por parte de los soviéticos de Auschwitz-Birkenau (Polonia) el 27 de enero de 1945, fue precedida por la disolución progresiva del complejo a partir del verano de 1944 y la evacuación de más de 60 mil detenidos.
Cuando llega el Ejército Rojo, sólo descubre unos 70 mil prisioneros, incapaces de caminar y seguir a sus compañeros en las “Marchas de las muerte”.
Existió censura para los campos de concentración
El descubrimiento de los primeros campos no tiene gran repercusión en la opinión pública.
Comisiones de investigación rusas y polacas toman fotografías en Majdanek y Auschwitz y los servicios fotográficos del ejército estadounidense realizaron un reportaje en Struthof, único campo de concentración nazi ubicado en el actual territorio francés, pero las imágenes no fueron difundidas al público.