Tomar aspirina en dosis bajas, supuestamente para prevenir
enfermedades cardíacas y accidentes vasculares, es considerado como factor de
riesgo de sangrado en el cráneo en personas sin antecedentes.
Un nuevo informe publicado por la revista JAMA Neurology
llegó a este resultado al analizar 13 estudios que más de 130 mil personas de 42 a 74 años, quienes
no tenían antecedentes de enfermedad cardíaca o accidente cerebrovascular,
recibieron aspirina en dosis bajas para la supuesta prevención.
Agrupadas en estos estudios, también hubieron personas fuera
de riesgo que tomaron un placebo de aspirina, por lo que el nuevo informe buscó
comparar el riesgo de sangrado de estas personas con las que realmente tomaron
el medicamento.
De acuerdo con el estudio, para los que tomaron el placebo
el riesgo de sangrado fue de 0.46 por ciento. Mientras tanto, los que tomaron
la aspirina en dosis bajas aumentaron el riesgo a 0.63 por ciento, el
equivalente a dos personas por cada mil que desarrollan una hemorragia.
Las personas de orígenes asiáticos y aquellas con un índice
de masa corporal menor de 25 tuvieron el mayor riesgo.
Una aspirina se define como dosis baja si se encuentra entre
75 y 100 miligramos. La mayoría de las pastillas de venta libre son de
alrededor de 81 miligramos.
Tomar una aspirina de dosis baja todos los días se
recomendaba anteriormente a adultos mayores para evitar que las plaquetas
formen un coágulo.
En las personas que tienen depósitos de grasa en sus
arterias, conocidas como placas arteroescleróticas, las placas pueden
desprenderse y desencadenar la coagulación, obstruyendo el flujo de sangre al
corazón o al cerebro.
Aunque la aspirina en teoría detendría este proceso,
estudios previos habían ofrecido pruebas contradictorias sobre si la
prescripción aumenta el riesgo de sangrado en el cráneo, explicaron los autores
de la nueva investigación.
Tres estudios recientes concluyeron que tomar una aspirina
diaria es una pérdida de dinero para adultos mayores sanos en el mejor de los
casos, mientras que en el peor de los casos puede aumentar el riesgo de
sangrado interno y muerte prematura.
Debido esta evidencia, la aspirina ya no se recomienda como
medida preventiva para adultos mayores que no están en alto riesgo o tengan una
enfermedad cardíaca existente, de acuerdo con el Colegio Estadounidense de
Cardiología y la Asociación Estadounidense del Corazón.
La aspirina en dosis bajas todavía se recomienda y puede
salvar la vida de personas que han sufrido un derrame cerebral o un ataque
cardíaco, según la Asociación Estadounidense del Corazón.