Hay zombies en Chicago: son mapaches con moquillo. La
advertencia sobre “mapaches zombies” puede parecer algo salido de una serie de
televisión, pero un departamento de Policía suburbano de Chicago dice que representan
un peligro grave para las mascotas.
Los llaman zombies porque los animales afectados por el
virus del moquillo suelen alzarse en sus patas traseras, tambalearse y mostrar
los dientes. El departamento de policía de Riverside dijo que, al morder,
pueden transmitir a los perros la enfermedad que provoca trastornos
respiratorios y gastrointestinales y afecta el sistema nervioso.
Se emitió la advertencia tras recibir llamadas acerca de
mapaches que actuaban de manera extraña y dijo que quien vea a un animal así
debe llamar a las autoridades. El jefe de Policía, Tom Weitzel, dijo al diario
Chicago Tribune que los agentes sacrificarán a los animales y se llevarán los
cuerpos.
Se reporta un aumento en el número de casos confirmados en
el área de Riverside y la Policía decidió emitir la alerta luego de que tres
mapaches dieron positivo por moquillo y tuvieron que ser sacrificados.
Las autoridades exhortan a los residentes que tienen perros
a estar alertas, ya que el moquillo se puede transmitir a través del aire y con
mucha facilidad. La veterinaria Christa Baumgartner señala que no es algo que
se pueda tomar a la ligera y es necesario vacunar a las mascotas contra esta
enfermedad.
Cuando nuestros perros están expuestos a tos o estornudos,
se puede quedar en el ambiente por un rato. Si tu perro está en tu patio
trasero, algo común para los cachorros sin vacunas, y un mapache ha estado en
el área, se puede transmitir por cualquier fluido corporal”, dice la
especialista.
La veterinaria también advierte que si alguien acostumbra
dejar alimento para especies que viven libres y si un mapache come de un plato
donde también se alimenta una mascota, la saliva se pasa y también puede ser
contagiosa.
El moquillo afecta los sistemas respiratorio y nervioso y el
aparato digestivo. Los síntomas incluyen ojos llorosos y flujo nasal,
estornudos, tos, letargo, vómito, diarrea, temblores, ataques y, en casos
extremos, la muerte.